15 octubre, 2006

El árbol de la rama cuadrada.

Era un árbol de hojas torcidas y ramas que formaban una red de conceptos. Crecía en un valle, junto con otros árboles similares que en realidad no se le parecían en nada.
Cuando el viento ondulaba las hojas de su copa, sentía la originalidad que otorga el ser completamente único; pero cuando la quietud acontecía en el valle solo podía ver que no había nada que lo hiciera diferente a los demás.
Se entristeció y lloró sabia por la corteza de su cuerpo, ya raído por el pasar del tiempo imperceptible, y dejo caer sus hojas como en un intento por hacerse diferente. Pero fue tanto el tiempo empleado en esta tarea, que cuando creyó haber terminado; el otoño había llegado ya, con sus climas confusos al pequeño valle, haciendo que los demás árboles fueran otra vez….iguales a él.
Montó en cólera, acusando a la naturaleza de la injusticia que lo hacia retornar a ese sentimiento de igualdad mediocre que lo poseía. Y fue tanta la bronca que le brotó por sus ramas; que las hojas volvieron a crecer.

Anticipándose al desconsuelo, miró en torno suyo, buscando la posibilidad de haberlo conseguido y por esta vez ser diferente. Fue el asombro, unido a la decepción, los que le hicieron ver que otra vez, gracias a la maldita primavera! , todos los árboles del valle, disfrutaban de la misma frondosidad que él…

Ni la bronca, ni la tristeza, ni tampoco el llanto lograban que las cosas fueran diferentes, y fue por eso, o quizás porque alguna de sus raíces olvidadas descubrió un secreto, de esos que solo están bajo la tierra; que aprendió, por primera vez, a mirar para adentro y no a su alrededor…

Empezó por las ramitas de las puntas, como intentando pispiar a los vecinos, pero luego vió algo interesante!... Cuanto mas miraba hacia adentro de su follaje más distinto se veía! Y así siguió el trayecto hacia su interior, similar al de las hormigas que a veces lo visitaban…
Mucho tiempo empleó en mirar hacia adentro, hasta que al fin encontró lo que buscaba…Si! Estaba ahí! Había estado todo el tiempo, pero él nunca se había tomado la molestia de mirar, creyendo que la única respuesta a su deseo estaba en los demás y no en él.
Primero con dudas, después con entusiasmo… fue mirando su descubrimiento con una gran felicidad. Nunca la había visto, pero ahí estaba, el germen de su originalidad!, eso que lo hacia distinto, diferente, incluso único por momentos… una rara, completa, original y bella, rama cuadrada.

2 comentarios:

Javier Delfino (javoc) dijo...

Guau, vick. Estàs escribìendo a un nivel muy alto. Sos una especie de bucai comprimido, jaja sin ofender y sin robar. Muy bien nena, siga posteando.

Anónimo dijo...

SON PENSAMIENTOS MUY PROFUNDOS QUE LOGRAN HACER QUE UNO MIRE SU INTERIOR Y SABER QUE TIENE PARA DAR Y NO QUEDARSE CON LO QUE UNO CREE QUE ESTA DANDO COMO UNICO Y VERDADERO, EN EL INRTERIOR DE CADA UNO SE ESCONDE EL TESORO MAS PRECIADO Y POR SUERTE YO ENCONTRE CON QUIEN COMPARTIRLO. MUY LINDO EL TEXTO BESOS CIELO